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El peso de las palabras
Autor: Cristina Álvarez Reinares
ISBN: 9788487705267
Páginas: 200
DescripciónEl lenguaje no es neutro. Las palabras que nos dirigen, así como las que nosotros emitimos, conforman un mundo significativo en el que se quedan atrapados nuestros pensamientos, nuestros valores, nuestros estados emocionales. Las palabras adquieren su peso en el mismo momento en que son emitidas. Las palabras que los otros nos envían como mensaje o las que, precavidos, lanzamos nosotros, al final siempre llevan su carga, es decir, nos delatan. La autora de este libro posee una sólida base psicológica, un fino sentido del humor y un excelente dominio del lenguaje. Esos tres elementos se ponen al servicio de una creativa forma de asomarse a la realidad.
DetallesÍNDICE
PRÓLOGO9
1. Palabras13
2. Edades33
3. La casa53
4. El cuerpo69
5. Vestido93
6. Animales111
7. Acciones131
8. Mensajes147
9. Perspectiva161
10. Trayectorias183
Algunos fragmentos de El peso de las palabras:
El condicional
Los primeros pasos del hombre más antiguo que conocemos con nombre propio, Adán, estuvieron marcados por el peso de un condicional: "Si comes de esta fruta, perecerás". Su estancia en el paraíso debió de suponer la vivencia torturadora de la limitación. Las manzanas, lustrosas, brillantes y con la promesa, anticipada por la imaginación, del jugo gratificante de su pulpa, estuvieron sin duda en un primer plano perceptivo. Seguro que Adán sólo tenía ojos para las manzanas, es decir, para lo prohibido. Hasta en el mejor de los paraísos puede aparecer la angustia en forma de condicional.
El sapo
EI daño moral que se infiere a los sapos no concluye en ese acto de deglutirlos o lanzarlos al exterior con malevolencia. Por si fuera poco, ahora los psicoanalistas desvelan lo que el sapo, lo mismo que su pariente la rana, simboliza en las historias del ciclo animal-novio, animal-sexo. Si el hermoso príncipe, convertido en sapo, produce un primer rechazo y profunda ansiedad a la niña primorosa y sin experiencia, sólo es cuestión de esperar. Vencida la inicial repugnancia, la niña descubrirá que tras cada sapo se ocultan las delicias del amor. Enmascarado de sapo el príncipe encantador contribuirá a la metamorfosis de la niña en mujer. […]. El sapo vive tan feliz en la ciénaga y en las charcas. Desconocedor del horror que su habitat despierta en los hombres, se recrece ufano dentro de su piel y transpira felicidad por todos sus poros abiertos.
El niño y el anciano.
El anciano, desde el poniente, lanza hacia atrás la sombra alargada de su vida, que se superpone a la que el niño, desde el levante, proyecta hacia adelante. Ambas son alargadas, pues las sombras que proyectan la salida y la puesta del sol son semejantes; tan sólo difieren en la orientación. Se entrecruzan, la una pálida, como la de algo evanescente a punto de esfumarse, la otra plena, como la de algo potencialmente vasto y poderoso. La sombra vieja puede servir de descanso efímero para la joven, en tanto dura la convergencia; la joven puede llegar a adquirir el valor de una protección total para la vieja, tan necesitada de cobijo.
Somos una pequeña editorial dedicada fundamentalmente a la didáctica de la ortografía. El método de ortografía ideovisual que venimos desarrollando es utilizado por miles de centros escolares desde el año 1961.
El método se apoya, ante todo, en la eficacia del factor visual para fijar y mantener las grafías correctas. El dibujo facilita asimismo la comprensión del vocabulario, y el tinte humorístico de muchos de los dibujos hace divertido y ameno el aprendizaje.