Descripción

El «Estado de las Autonomías» se enfrenta hoy al mayor de los desafíos. El conocimiento de aciertos y errores de los protagonistas de un pasado relativamente próximo puede ayudar a sortear los obstáculos del presente y a allanar algo el camino hacia el futuro. Ortega y Cambó pueden aportarnos, aún hoy, ideas muy valiosas en esta cuestión.

Detalles

J. Ortega y Gasset no es un intelectual grato a la memoria de los catalanes, en la que, borrosamente, figura como un «filósofo castellano» desafecto a Cataluña y tercamente afanado por cohesionar España como estado-nación. Imagen, ésta, muy necesitada de matizaciones.
La memoria histórica de Cambó, menos borrosa en Cataluña, también está afectada por inquinas partidistas. Se olvida por ello que fue el político que más empeño puso en formular y conseguir un «Estado de las Autonomías», articulación equilibrada de la unidad y la diversidad de los pueblos hispánicos, empeño que influyó decisivamente en la teorización política orteguiana y facilitó su aproximación personal al filósofo.
Opuestos ambos a todo extremismo, cuando la Guerra Civil les forzó a tomar partido, optaron por el «nacional», del que pronto se distanciaron. ¿Ha de ensombrecer esa opción las respectivas memorias? En cualquier caso, no debiera empañar el capítulo de sus muchos méritos.
Nunca es ocioso profundizar en nuestra historia reciente. Los trances atravesados, los errores cometidos y, sobre todo, las enormes consecuencias de los mismos, deben aleccionarnos. EI pensamiento, los esfuerzos e incluso los fracasos e insuficiencias de quienes calaron más a fondo en la problemática de nuestro país en las primeras décadas del siglo XX y se mostraron especialmente fecundos en la concepción de proyectos políticos para resolverlos pueden estimular hoy en día una reflexión más profunda acerca de España. Entre ellos figuran, junto a Azaña, Ortega y Cambó. Ellos pusieron el dedo en la llaga de nuestras miserias de entonces y evaluaron sin ilusiones la dimensión de nuestro atraso histórico. Su lectura nos ayuda por lo pronto a tener perspectiva histórica y a calibrar lo conseguido, que, sin caer en ilusiones triunfalistas, podemos calificar de notable, aunque en el plano cultural y científico quede bastante por hacer. Ortega y Cambó fueron, o acabaron siendo, hombres de la derecha, pero, en relación con el problema que abordamos, pueden todavía enseñar algo a la izquierda.